miércoles, 5 de marzo de 2014

EL PODER DEL FÚTBOL

Resumiendo. El Barça ficha a Neymar posiblemente defraudando a la hacienda española (y quizá la brasileña). De hecho el Barça ya ha pagado preventivamente, probablemente para ver si se olvida. Vamos, que, aunque con un poco de retraso, va un juez y se pone a investigar.

Pasaremos por alto detalles de interés, como que se veía venir que la cantidad hecha pública por el fichaje era una broma. O como que la ley española les permite tener unas cuentas no transparentes y así coló inicialmente (lo de las SAD es una chapuza investigada por la UE). Todo palidece ante el hecho de que el Secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, haya escrito una carta en el País para defender al Barça.

Está claro que el Barça goza de una consideración especial y es difícil criticarlo porque en seguida hay algún secesionista catalán que lo toma como la enésima afrenta del estado fascista a la tierra de la libertad, la fraternidad, la gominola y los ponis. Pero sería un error limitarlo solamente al Barça. El Real Madrid tampoco se puede quejar del trato de las instituciones cuando se recalificó la ciudad deportiva, por ejemplo. Y no es solamente el trato a los dos grandes, que al fin y al cabo tienen cierta relevancia mundial. Todos los equipos de fútbol han tenido tratos de favor con ayuntamientos, teles autonómicas etc en aras del "interés general" como decía el flipao aquel.

Más que querer utilizar a los clubes de fútbol como imagen de España al exterior igual tenemos que pasar a avergonzarnos de ellos. Vamos, que de la lucha por la separación iglesia-estado vamos a tener que pasar a la lucha por la separación fútbol-estado. Esta última será más traumática. ¡Vivan las caenas y el circo!

Por cierto, todo esto demuestra, además, lo españolazos que son los catalanes. Tanto por poner el fútbol tan alto en su lista de prioridades como por su ansía chanchullera que justifica la "ingenería negocial" del fichaje de Neymar. Typical Spanish!!

2 comentarios:

  1. Lo de la carta de Miguel Cardenal es totalmente inaceptable. Ese hombre debería dimitir. Nadie con un cargo público debe anticiparse a un proceso judicial haciendo juicios de valor sobre la culpabilidad o inocencia del acusado. A mi me parece algo bastante grave. Debe dimitir. O al menos disculparse. Ha antepuesto su criterio e interés personal a la responsabilidad de su cargo.
    En cuanto al caso Neymar... ya veremos qué pasa finalmente. Lo que veo alucinante (y no recuerdo haber leído críticas al respecto) es que el Farça no haya pedido disculpas al socio por mentirle. Eso en clubes como el Real Madrid es impensable. Un tema es que hayan defraudado o no, pero lo de que el fichaje es más caro de lo que se dijo yo creo que está bastante claro. Entonces, ¿por qué no se disculpan al socio por mentir? Es lo que tiene el Farça, es un club populista, brazo deportivo y propagandístico de un gobierno regional populista, que actúa de modo populista.
    Y lo del fútbol español en general digo yo que terminará algún día por presiones de la UE. Y por sentido común, para equipararnos con el resto de ligas. Aunque yo no lo veo bien porque atenta contra la libertad de empresa, hay ligas que obligan a repartir los derechos de televisión de forma homogénea. Y luego están los de la NBA, que limitan la cantidad de cada club destinada a salarios. Este tipo de cosas acabarán imponiéndose en España, porque los alemanes, ingleses, etc estarán un poco hartos del dominio de Madrid y Farça en Europa.
    Caso aparte es el tema de ayudas públicas a los clubes de fútbol. Eso ya es el colmo. Sin comentarios. Solo espero que se devuelva todo, aunque no caerá esa breva.

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  2. Lo de los derechos de TV y equipararse a otras ligas y hacer la nuestra más competitiva son detalles comparado con cómo tratan las administraciones a los clubes.

    Está bien eso de llamar a la libertad de empresa aunque bueno es recordar que la competición deportiva es diferente a la competición del mundo empresarial. Es un espectáculo que hay que maximizar para que sea interesante.

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