martes, 14 de mayo de 2013

EL ORIGEN DE MI TRAUMA (2)

Sé que parece extraño. Dos entradas en cosa de una semana… lo que hace un fin de semana libre.



Rememorando los horrores musicales que me han convertido con el paso de los años en el gordo calvo y lleno de odio que ahora se sienta a escribir estas líneas,  no puedo dejar de compartir la sensación de frustración y vacío que produce estar expuesto a semejantes estímulos negativos desde tan temprana edad.


Voy a hablar de la más cruel de las armas de destrucción masiva. De la prueba de que no fue Dios, sino El Diablo, quien creó al hombre a su imagen y semejanza. Voy a hablar de…


MÚSICA LATINA
 
Aunque no lo parezca, mi primer contacto con este horror del averno fue, posiblemente, el mismo que el de cualquiera de los cuatro lectores de este blog. No. No me refiero a Georgie Dann. Me refiero a Wilfrido Vargas. ¿Ni puta idea de quién es? Pues enseguida lo aclaro.

Abusadora
(el origen de SU trauma)
 
Mami qué será lo que quiere el negro
(el origen de MI trauma)


El señor Vargas, al parecer toda una estrella en su tierra, era frecuente confundido con el señor Dann. Sobretodo por su obsesión con los negros. Hasta ahí todo el parecido.
Ya les vale.

Kumbo 
(un vídeo friqui a más no poder)
 
El negro no puede
(Y dale con los negros)

Siguieron pasando los años. Seguí creciendo, escuchando en secreto los cassettes que me pasaban en el colegio (títulos tan maravillosos como Kill’em All, Iron Maiden o Walls of Jericho) cuando pude conocer a un artista polifacético, profesional liberal, de extenso currículo y, por desgracia, dedicado a la música latina. Se trata de Rubén Blades. Sí, el tipo al que partían el corazón (literalmente) en Predator 2.

Decisiones
(¿Dónde hay un Predator cuando hace falta?)


Uno de mis mayores traumas ha sido saber quién es Rubén Blades. Sobre todo, porque no paraba de encontrarme a gente que no tenía ni zorra de quién es este señor. Pero yo tuve que tragármelo.

Sabía a pollo.
 

Pedro Navaja
(No, no es el Maki)

Después la cosa degeneró. Todo el mundo hacía música latina. Hasta entonces la cosa podía ser potable. He de reconocer que, con una cantidad suficiente de ron y un bolero de Juan Luis Guerra, un gordo calvo como yo podía llevarse a una churri al huerto.  Pero entonces llegó la Edad Oscura de la Música Latina….

La Bilirrubina
(Una canción con problemas de hígado)
 
Visa para un sueño
 (Insoportable en directo, en verbena y en CD)


Consumid caracoles. Da igual que os untéis su baba u os comáis su sopa. Estoy convencido de que la pachanga española y la música latina son los verdaderos culpables de que en España no hable inglés ni Blas.

¡Hay un loco!
 (Uno no, muchos... sobretodo después de escuchar esto)

 

Sopa de caracol
(¿Alguien sabe qué demonios significa Watanegui-Consup? )


(NOTA: Estuardo Sánchez confirmo en 2007 - la canción la compuso en 1991- que en realidad la letra dice "What a very good soup" y que fue en realidad transformada por el cantante por su mala pronunciación.)

Y la cosa siguió degenerando y degenerando como si no pudiese tocar fondo.  He de decir que cualquier innovación en este mundillo es una patraña. Lo de restregarse contra una mujer (o cualquier otro animal doméstico) al estilo reaggeton lo habían inventado los brasileños hacía tiempo.

The Lambada ORIGINAL Music Video Clip (Llorando Se Fue) 1989
 

Pero si algo me hizo daño, fue una mala costumbre de los responsables de la programación televisiva en Canarias. De acuerdo que estábamos todos hasta las narices de ver anuncios con ofertas “Sólo para la Península y las Baleares” (ese es otro de mis traumas) ¿Pero la solución? La solución fue peor. “¡Si no podemos venderles cosas –se dijeron- por lo menos pongámoslos cachondos!” Fue la frase que dio lugar a los llamados Minutos musicales. El horror… EL HORROR…

La Tanguita Roja
(Si no podemos venderles nada, pongámoslos cachondos)

Tras esta parrafada. Tras secarme la bilis de la comisura de los labios. Sólo puedo decir que se me han adelantado en la venganza. Venganza por la música latina. Venganza por los Dinios y los clones de los Dinios. Venganza por haber hecho mi vida más difícil.



¡QUE DISFRUTÉIS DE LA COMPAÑÍA DE WILLY TOLEDO!
 ¡AHORA SABRÉIS LO QUE ES BUENO!

11 comentarios:

  1. Buenísima conclusión por cierto. Y en efecto, en la península la música latina no llegó nunca a vuestro nivel. A mi, de todas formas, me gustaría indagar en por qué las chavalas se volvían locas con esta mierda. Yo no lo termino de entender.

    ResponderEliminar
  2. Supongo que por el baile. O quizá fuese una forma de desahogar el recato de la época... o ambas.
    El objetivo de la música latina es el mismo que el de el ron de miel: Una alta natalidad a edad temprana.
    Fíjate si no, en las cifras de los países donde predomina.

    ResponderEliminar
  3. Todas las canciones del post no merecen el mismo trato.

    La música de Wilfrido es horrible, como su nombre. La canción Abrasadora es una tortura. En cambio, el gran Georgie Dann pone tanta pasión que merece ser respetado. No pretende más que sacar la canción del verano. Ahora bien, es innecesario al 100% que la friki-canción Kumbo dure casi 7 minutazos que me he tragado enteros... En cuanto a Rubén Blades, la canción Decisiones es vomitiva, pero la de Pedro Navaja, que ya conocía, me parece una buena canción. Juan Luis Guerra tampoco merece ser quemado en la hoguera, me cae simpático y le pone mucha pasión, como Dann o el mismísimo Rafael, lo viven. La Lambada no creo que sea mala canción, en mi opinión es buena. Ahora bien, el del tanguita es para coserle a hostias y no parar. Horrible. Menudo subnormal. Eso sí es degeneración total y absoluta.

    Y lo de colarme a mi archi-enemigo sin venir a cuento no te lo perdono. Menudo subnormal. Cuanta soplapollez junta. Le rompía la cabeza. Eso da para un post aparte. Si tanto le gusta la cárcel yo lo metía dentro encantado, eso sí, sin vaselina.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De acuerdo contigo Klaus. En mi opinión, la cosa empezó a degenerar de verdad a partir de Juan Luis Guerra. Pero vayamos al fondo de la cuestión: Imagina que te ves expuesto a esté tipo de música 24 horas al día. Que se te considere marginal por escuchar otra cosa (no digamos heavy o punk...) imagina que interrumpen tu programa de TV favorito para ver el clip "La de la tanguita roja en lugar de anuncios...

      Faltan muchos por citar (me viene a la cabeza Jon Secada... y la maravillosa parodia de Cruz y Raya "Jon Secaga")

      Respecto a Georgie Dann, lo más traumático fue descubrir que el tipo es francés, y que al principio era un cantante pop:

      http://www.youtube.com/watch?v=x94a_M8sXv0

      Y respecto a tu archi-enemigo, coincido contigo: Debería mudarse a Cuba para que no le dejen salir.

      Eliminar
  4. Discrepo de Klaus... la canción de Kumbo puede ser que no merezca los 7 minutos pero el vídeo sí.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El vídeo de 'Kumbo' es tremendo, pero no hay palabras para describir los comentarios.

      ¡Viva la Juani!

      ¡KUUUUUUUUMBOOO!

      Eliminar
  5. Vaya!, veo que todos hemos disfrutado con el eterno video de Kumbo. Yo también me lo he tragado entero, y sin haber leído antes la expectación generada por los comentarios.

    Estoy con Klaus, Georgie Dann, sea francés o chino da igual, es un maestro.

    Ah!, y de nuevo con mi rollo... Si el oido no me falla, diría que "Pedro Navaja" es una versión salsera de un estándar de jazz titulado "Mack the knife".

    ResponderEliminar
  6. Golfo... se me olvidaba. Muy bien separando el post en dos.

    Mack the knife... habrá que escucharlo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Herr Doktor.

      La música latina merecía una entrada a parte. Podría decirse que la primera entrada corresponde más a la
      infancia y la segunda a la adolescencia (por lo que la exposición es mayor).

      En cuanto me entere de quién es el "Extremaño de las narices" tendremos una tercera entrega.

      Eliminar
  7. Recomendación:

    Ella fitzgerald - Mack The Knife

    http://www.youtube.com/watch?v=hRyDB4RWJdw

    ResponderEliminar
  8. Sí, la versión de Ella Fitzgerald es la más conocida. La mejor, vamos.

    ResponderEliminar